
La compañía Ópera de Madrid ha creado un proyecto para acercar la ópera a todo el público y derribar los prejuicios que giran en torno a este genero.
Podemos irnos olvidando de obras densas, aburridas y sobretodo económicamente inaccesibles. Ya no tenemos que vender un riñón para poder disfrutar de un espectáculo de primer nivel, con unos músicos y actores que dan lo mejor de sí.
Para iniciar esta aventura se han decidido por 3 obras clásicas: Rigoletto, Il Barbiere Di Seviglia y La Bohème (la cual estará presentándose hasta el 25 de mayo) perfectas tanto para los veteranos como para todos aquellos que jamás han puesto un pie en una representación operística.
A lo largo de sus 2 horas y media repartidas en cuatro amenos actos gracias a sus toques de comedia, La Bohème nos cuenta la trágica relación de Mimí y el poeta Rodolfo en el París de 1840. Una historia que además resultará familiar para los fans de los musicales (Rent es una reinterpretación moderna y la influencia de Puccini está muy presente en la película Moulin Rouge, su director Baz Luhrmann dirigió una versión en los años noventa para la ópera Australiana).
Al leer que en el Teatro Reina Victoria no había que esperar mastodónticas escenografías ni coros con decenas de personas como suele pasar en las óperas del Teatro Real me esperaba una representación humilde y minimalista pero nada más lejos de lo que pude presenciar, cada elemento estaba cuidado al máximo y en cada acto nos sorprendían con una escenografía distinta que sacaba todo el provecho del escenario.