La
época de vacas flacas está afectando con especial dureza a las producciones
teatrales y eso se traduce en montajes de pequeño formato, pocos actores y mucha imaginación. Las cosas
están feas pero la casta teatral se empeña arrancar proyectos y, a base de
tesón, esfuerzo y grandes dosis de talento, termina por llenar teatros y poner
al público en pie. Pablo Puyol y David Ordinas saben muy bien lo que es sacar
adelante montajes con más ganas que recursos. Ambos se han embarcado en Venidos
a menos, un híbrido entre musical y humor que lleva cerca de un año
dejando atónito a todo aquel que se atreve a ver este show “no recomendado para
menores de dieciocho”.
Han
conseguido un espectáculo diferente a lo que había hasta ahora por los
circuitos teatrales, dinámico y, sobre todo, muy canalla. Tanto que durante los
primeros minutos de la representación el público se queda sorprendido, casi
asustado, porque no es fácil encontrarse a dos artistas que traten con tanto
descaro asuntos que no son políticamente correctos. No es una propuesta apta si
vas de susceptible por la vida. Si lo que quieres es pasar un rato riéndote sin parar con un humor bestia como el que más, pero con
una dosis de talento que hace que cualquier chiste bruto sea incapaz de herir
sensibilidades, saca ya las entradas para Venidos a menos. No vas a echar de
menos grandes decorados, ni decenas de actores en escena, ni efectos
sorprendentes porque aquí lo que
sorprende es el buen hacer de los dos actores. (https://www.facebook.com/pages/Venidos-a-Menos/316079345173884?fref=ts)