martes, 28 de enero de 2014

La Cubana da el campanazo

Nunca has estado en una boda como la que La Cubana tiene organizada en el teatro Nuevo Alcalá: divertida, dinámica, sorprendente, participativa y trepidante. El recibimiento en la puerta del teatro ya te da buena espina, te predispone a dos horas de buen humor y divertimento, pero las expectativas se quedan cortas cuando en el escenario empieza una trama de enredo que te atrapa y, sin saber cómo, termina convirtiéndote en invitado de una ceremonia por poderes. Si al buen oficio de esta compañía le añadimos iniciativas tan divertidas como la que pusieron en práctica para celebrar su espectador 400.000, el resultado es una maravilla de originalidad. Llegar al teatro, entrar y que suene una banda de música para celebrar que tú eres el espectador cuatrocientos mil, que te acompañen todos los actores, te lleven bajo palio hasta el escenario para sentarte en un trono digno de las mejores dinastías reales y te agasajen entre aplausos, con un patio de butacas a rebosar, sólo te puede pasar en Campanadas de boda.

Se agradecen las iniciativas de este tipo, que van más allá del descuento, de la oferta agresiva, de la aparición en portales de bajo coste, de la simple oferta basada en degradar el precio de la entrada. Evidentemente FUNCIONA; funciona porque lo que mejor le va al teatro es el boca a boca y, desde luego, si has estado en la función de los 400.000 espectadores, estás deseando contarlo porque te lo has pasado en grande. Señores, La Cubana es un lujo, no lo dejen escapar sin ir a verlo.

Al teatro bajo palio en Campanadas de boda

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