El 25 de febrero el Teatro Lara, ese teatro que se ha ganado a pulso ser un punto de referencia en cuanto a buena programación y seriedad combinada con un puntito de riesgo, que a muchos nos empuja a consultar su cartelera con verdadero interés, tiende la mano de nuevo a un proyecto fuera de la etiqueta "comercial" que con tanto ahínco defienden otros locales. Esta vez se la juega con GILA, Gran Reserva, un proyecto financiado a través de esa venta anticipada que ahora se llama crowdfunding y que está sustituyendo a la falta de interés de productores en montajes que no tengan un cebo para el éxito más allá de una cara televisiva como cabeza de cartel.
GILA, Gran Reserva ha tenido dos pre-estrenos en el Teatro del Arte y ahora comienza su andadura en el hall del Lara, ese sitio con encanto que lo ha convertido en una sala multiespacio. Es una adaptación libre de cuentos cortos escritos por el mítico Gila en los años ochenta y en su mayoría inéditos. La propuesta se aleja de sus famosísimas charlas telefónicas y de sus alusiones a la guerra pero lleva implícito el sello del genial humorista. Es un espectáculo unitario donde se desarrollan secuencias que se apoyan en videoproyecciones mientras se narran los diferentes relatos que dan cuerpo a este espectáculo: La familia y los amigos, Boda, convivencia y funeral y Memorias y desmemorias.
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